viernes, 14 de noviembre de 2008

¡Cuánta picardía!

Qué sensación más feliz, poder aprovechar miradas perdidas y hacer la suya con toda premeditación y gran gozo.
La felicidad irradia por todo su ser y se empeña en lograr su objetivo. Parece un pajarito que al ver la jaula abierta, se dispone a volar hacia otros caminos.
¡Cuánta alegría!

No hay comentarios: